Niños bajo tierra
Los túneles de la ciudad están llenos de niños. Llegaron escondidos en barcos y camiones, y pronto desaparecieron bajo tierra, y ocuparon colectores y estaciones donde ya no pasan trenes, donde ya sólo hay hierros retorcidos y humedad. Tras un tiempo en el subsuelo su piel enblanquecerá, sus ojos se habrán adaptado de tal modo a la oscuridad que la luz del sol les cegaría para siempre. De entre sus muchas lenguas nacerán palabras nuevas, extrañas y monstruosas. Los de arriba seguiremos trabajando y amando como si no existieran, como si bajo nuestros pies no oyeramos bullir su humanidad condenada.
Jordi Cebrián
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